sábado, 29 de octubre de 2011
Gritar sin temor
Un grito se ahoga en mi garganta. Está ganando fuerza. Quiere salir. No le culpo. La vida siempre te da situaciones en las que solo quieres gritar y la mayoría, no puedes hacer nada por remediarlo. Ojalá con un grito pudiéramos expulsar todas esas cosas que nos complican el día a día. Las que nos hacen sentir pequeños, las que nos hacen ser el centro de atención cuando solo queremos desaparecer, las que nos hacen que los ojos nos empiecen a brillar por las lágrimas. Ojalá pudiera escapar a un sitio donde no hubiera nada ni nadie. Donde pudiera gritar sin temor al qué pensarán.
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