Formas parte de un juego, una pieza más en un tablero de ajedrez, una simple marioneta.
Dictas las normas, eliges mi forma de vestir, cambias mi personalidad y me obligas a ser como esas personas que veo, día tras día, caminar a lo largo de la calle.
Habla cuando hablo, sonríe cuando yo lo haga. No pienses, solo asiente y déjatellevar, el juego no ha hecho más que comenzar y te toca mover ficha.
Algo se revela en tú interior, sientes las ganas de gritar, de bailar y sobretodo de salir al mundo exterior, mostrar tu verdadera cara y reírte de aquellos que siguen siendo marionetas, que caminan por donde se lo dicen y veneran lo normal.
Te sientes diferente y te ven diferente, pero eso solo consigue aumentar tú sonrisa. ¿Quién dijo que lo diferente no podía hacerte feliz? ¿quién te obligó a seguir lo corriente?
Gritas, ríes, bailas, cantas, saltas... Simplemente estás siendo tú mismo. Estás saliendo de lo normal.
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